miércoles, 30 de abril de 2025

Libertad pedagógica, sacrificio, riesgos, éxito.



O Portiño, A Coruña, Galicia


Alegoría de la caverna. O Portiño, Galicia

Hoy me he detenido a mirar el mar en esta aldea pesquera de Galicia, O Portiño, un lugar mágico donde reconecto conmigo mismo. Aquí, los pensamientos que en la ciudad me abruman encuentran claridad, o simplemente desaparecen, dejándome espacio para disfrutar del aire, del olor y sonido del mar.
Pasé horas sentado en un rincón de la costa de O Portiño, leyendo la Alegoría de la caverna de Platón (Platón, 2011). Esta obra me ha inspirado a expresar mis ideas sobre la docencia en su práctica, sus metodologías en el aula.
Hasta ahora, en el blog hemos cuestionado la institución educativa y hemos visto la normativa legal como una carta náutica que nos guía en la navegación. Hoy compartiré mi visión sobre las metodologías activas que esta carta nos permite, las estrategias de navegación de las que disponemos, y mi perspectiva sobre la innovación de la que tanto se habla. Para ello, comenzaré resumiendo la Alegoría de la caverna de Platón, una historia que, para mí, refleja la misión verdadera del maestro y me invita a reflexionar profundamente.



An Illustration of The Allegory of the Cave, from Plato’s Republic, por 4edges, s.f. (CC BY-SA 4.0). Imagen tomada de Wikimedia Commons. 

Imagina una caverna oscura, oculta en cualquier recoveco del planeta. En su interior, un grupo de prisioneros vive encadenado desde su nacimiento, con las cabezas fijas hacia una pared de roca. No pueden girarse, no pueden moverse. Frente a ellos, solo ven sombras danzando en la pared, proyectadas por figuras que pasan tras un fuego que arde a sus espaldas. Estas sombras son siluetas de objetos, animales, personas y son lo único que conocen. Para ellos, las sombras no son reflejos, sino la realidad misma.

Un día, un prisionero es liberado. Al principio, se resiste. Las cadenas, aunque opresivas, son lo único que conoce, pues le dan seguridad. Cuando se levanta, el resplandor del fuego lo ciega, y el dolor de la luz es insoportable por el violento cambio. Pero un guía, con paciencia y firmeza, lo toma de la mano y lo conduce hacia la salida de la caverna. Cada paso es una lucha, la luz del sol quema sus ojos. Sin embargo, poco a poco, sus pupilas se adaptan. Primero percibe sombras, luego reflejos en el agua, después objetos reales. Finalmente, alza la mirada y contempla el sol. Descubre una fuente de luz y vida que ilumina el mundo en toda su plenitud.

Fuera de la caverna, el prisionero descubre una realidad abrumadora pero transformadora. Comprende que las sombras de la pared eran solo la realidad de un mundo sensible y él, acaba de descubrir el mundo inteligible, algo mucho más grande y bello. Su corazón se llena de asombro y de un nuevo tenía un propósito, regresar a la caverna, no para quedarse, sino para liberar a los demás. Cuando vuelve, los otros prisioneros se burlan de él, lo rechazan, incluso lo amenazan. Pero él no desiste. Sabe que la libertad, aunque dolorosa al principio, es el único camino hacia la luz.

Desde mi visión, Platón, a través de esta alegoría, nos habla del poder de la educación como un acto de liberación (Platón, 2011). La caverna representa la mente atrapada en la rutina y la instrucción rígida, las sombras, el conocimiento superficial que aceptamos sin cuestionar, el sol es la verdad y el potencial humano y el guía, el pedagogo, aquel que tiene la misión de romper las cadenas y acompañar al estudiante hacia la libertad.


El maestro

Desde mi punto de vista, su misión no es encadenar al niño a un pupitre, recitando conocimientos vacíos de memoria, sino romper con la instrucción tradicional y mostrarle un mundo de posibilidades. En el aula, esto se traduce en metodologías activas. Contamos con numerosos recursos y métodos bien desarrollados, por ejemplo; aprendizaje por proyectos, hackatones, gamificación, aula invertida, estudios de casos, entre otras.
La LOMLOE, como una carta náutica nos da la libertad de explorar estas metodologías, estas nuevas rutas. Nos invita a intercalarlas, a combinarlas, a adaptarlas a las necesidades de cada estudiante. Un día, el aula puede transformarse en un laboratorio de proyectos donde los niños resuelven problemas reales, otro, en un juego que despierta su curiosidad o en un debate que les enseña a pensar críticamente. El pedagogo, como un marinero experto, debe saber cuándo izar las velas del aprendizaje cooperativo o cuándo apostar por el estudio de casos. Esta flexibilidad no solo enriquece el aprendizaje, sino que libera al niño de la caverna de la pasividad, permitiéndole descubrir su propio potencial.

La dificultad de arriesgar

Se que todo esto suena muy bien, pero yo también dudo y muchas veces me pregunto "¿Por qué cuesta tanto que los centros educativos se atrevan a apostar por estas metodologías activas?" Cambiar la forma de enseñar es un desafío que requiere esfuerzo, tiempo y valentía. Es más fácil agarrarse a lo conocido, a las lecciones magistrales y los exámenes estandarizados, que aventurarse en mares desconocidos. Implementar metodologías activas implica formación, planificación, y para mí lo más importante, aceptar que no todo saldrá perfecto a la primera. Es un gran reto pero, al igual que los marineros de Galicia enfrentan mareas vivas y temporales por traer comida y riqueza a su tierra, a sus seres queridos, los maestros y pedagogos debemos arriesgar para traer innovación de verdad y hacer de la escuela un lugar más atractivo y efectivo.
Pero si nunca arriesgamos, nunca avanzaremos. Debemos estar dispuestos a navegar contra viento y marea, sabiendo que el esfuerzo vale la pena. Cada vez que un niño descubre su pasión a través de un proyecto, resuelve un problema en un hackatón, o reflexiona en un estudio de casos, estamos un paso más cerca de sacarlo de la caverna. La educación, como el mar, es impredecible, pero también está llena de posibilidades. Solo probando construiremos un futuro donde los estudiantes, no solo vean sombras, sino que como ocurre en la alegoría, descubrirán la luz del sol.






Fuentes

4edges. (s.f.). An Illustration of The Allegory of the Cave, from Plato’s Republic [Ilustración]. Wikimedia Commons. https://commons.wikimedia.org/wiki/File:An_Illustration_of_The_Allegory_of_the_Cave,_from_Plato%E2%80%99s_Republic.jpg


Platón. (2011). La república (D. G. de Azcárate, Trad.). Madrid: Espasa. (Obra original publicada ca. 380 a.C.)

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