domingo, 30 de marzo de 2025

LOMLOE: Carta Náutica.



                                                               

Carta Náutica

En ella se indican las profundidades del mar y un prolijo detalle de la configuración marítima, de modo que permita a los buques o embarcaciones navegar sorteando los peligros. Debe señalar, además, los objetos naturales y artificiales fijos en tierra, visibles desde el mar, que puedan servir de referencia al navegante para orientarse y trazar rumbos. Por ello, debe ser ideada y diseñada con la mayor precisión posible, incluyendo todos los detalles útiles al marino en cualquier circunstancia previsible.

La educación ha sido, a lo largo de la historia, un reflejo de la sociedad. En tiempos de represión, se ha buscado domesticar, inculcar obediencia y cortar las alas. Sin embargo, la educación también puede ser un faro de libertad, un viento que impulse a los alumnos a descubrirse a sí mismos.

Si el currículo educativo se concibe como un marco rígido y limitador, estaremos condenando a la educación. Pero si lo entendemos como una carta náutica, una guía que orienta sin limitar nuestros movimientos, entonces el aula se convierte en un barco que avanza libre hacia el conocimiento.

No basta con hablar de libertad en la educación, hay que vivirla y practicarla. Solo cuando los alumnos puedan levantar la vista y decidir su rumbo, podremos decir que la educación realmente los prepara para la vida y que no es "otro ladrillo en la pared".

Una carta náutica, al igual que una ley educativa, no es un camino fijo, sino una guía. Indica lo que se debe tener en cuenta al navegar, pero no dicta cómo avanzar ni cómo navegar. Porque el mar, como la educación, es impredecible.

La educación, al igual que la navegación, no es un viaje sin rumbo. La LOMLOE es una de esas cartas náuticas que marcan las rutas más seguras. La normativa es adaptable, nos enfrenta a innumerables retos y, en muchos casos, se ha impuesto sin contar con los tripulantes del barco. Naturalmente, tiene sus limitaciones, pero ¿de qué sirve lamentarse? Debemos adaptarnos, crear y poner en práctica situaciones de aprendizaje significativas. Seguir avanzando en el mar a pesar de sus complicaciones.

Para ello, necesitamos la astucia y valentía del marinero, la intuición del capitán y la voluntad de la tripulación. En educación, necesitamos el compromiso de todos los órganos de gobierno. Es esencial contar con un equipo directivo cercano, dispuesto a escuchar las necesidades del centro. Un consejo escolar con verdadera voluntad de cuestionar desde el respeto, colaborar y aportar, en lugar de adoptar un papel estático dentro de la organización. Y, por supuesto, un claustro de profesores valientes, dispuestos a darlo todo por avanzar y cumplir objetivos, con capacidad de reinventarse cada día y demostrar lo hermoso que es ejercer esta profesión.

Debemos replantearnos muchas cuestiones. Intento que estos escritos del blog sean una aportación, que ayuden a dar voz al pensamiento de los futuros maestros. Estoy seguro de que, con concienciación y energía hacia la docencia y la pedagogía, nos esperan grandes cambios. Y aunque el futuro es incierto, en parte lo construimos día a día.

Después de reflexionar sobre la LOMLOE y la estructura interna de los centros educativos, y sobre cómo todo debe engranar correctamente, planteo una pregunta:

¿Alguna vez nos hemos detenido a mirar el mar? Es decir, la vida.

En La lengua de las mariposas, Don Gregorio, el maestro, se dirige a sus alumnos con una pregunta sencilla: "¿Os gusta la naturaleza?" Pero los niños, sorprendidos, no saben qué responder. No se lo han planteado. Entonces, el maestro los saca del aula, los lleva al campo, les muestra el mundo con sus propias manos. Porque aprender no es solo memorizar, es experimentar, sentir, maravillarse.

Machado (1917) en su poema Escuela, nos habla de esa misma educación que encierra en cuatro paredes la imaginación de los niños:

"Una tarde parda y fría
de invierno. Los colegiales
estudian. Monotonía
de lluvia tras los cristales."

La lluvia tras los cristales, la monotonía, el aula cerrada. Es la imagen de una educación que repite esquemas, que encierra en lugar de abrir caminos. Pero ¿es eso lo que queremos?

Mirar el mar es mirar la educación y darnos cuenta de que debe ser algo vivo y cambiante. No podemos seguir creyendo que aprender es simplemente reproducir información. Hay que abrir ventanas, salir al campo, despertar la curiosidad.

"La libertad estimula el espíritu de los hombres fuertes."



Referencias

Machado, A. (1917). Soledades, galerías y otros poemas. Espasa-Calpe.

miércoles, 5 de marzo de 2025

Pedagogía en Alta Mar. Ulises, Sócrates, Marineros.

                                           

                                                   Ulises navegando y enfrentándose al mar

Como viene mencionando el Frente Educativo, el mar es una fuente de inspiración para afrontar la vida y, como pedagogos, a su vez la educación. Aunque este enfoque parece novedoso, la realidad es que, si damos una vuelta por el mar de la historia, podemos ver cómo Sócrates ya aplicaba este enfoque a la vida y la educación. A eso quiero llegar con este capítulo del blog: al replanteamiento de los problemas contemporáneos utilizando como herramienta algo accesible para todos, la historia.


Navegando por la historia:

Sócrates, en los escritos de Platón (2003), en Fedón, ya mencionaba la "segunda navegación", Diaporía (2018), en El enigma de Sócrates, hace referencia a la búsqueda del conocimiento mediante una metáfora náutica para construir su método filosófico. El conocimiento lo encontramos en la vida, aventurándonos a navegar; por lo tanto, la vida y la educación son el mar. Esto nos lleva también a la Antigua Grecia y a cómo el mar es ese lugar donde se presentan problemas, pero también donde se encuentran soluciones que derivan en un crecimiento, como se nos muestra en la epopeya de Homero, La Odisea, de la que hablaremos más adelante.

Las organizaciones e instituciones educativas apuestan por tener el futuro en el punto de mira e innovar y crear. Sin embargo, en ocasiones, la mejor innovación es echar la vista atrás y aprender a reutilizar y reinterpretar acciones pasadas para convertirlas en soluciones, complementándolas con las posibilidades que la actualidad nos ofrece.


Problemas contemporáneos:

La historia nos aportará herramientas, pero primero planteemos los problemas de la educación contemporánea para aprender a construir una solución real. Adoptamos la idea de la obra del filósofo coreano-alemán Byung-Chul Han y su Sociedad del cansancio, donde desarrolla la transformación de una sociedad disciplinada y entregada en una que, aun teniendo todo en sus manos, no tiene un sentido de pertenencia por nada. Simplemente, se ciñe a autoconvencerse de que debe alcanzar un ideal conforme a determinados cánones. También cabe destacar a Zygmunt Bauman, quien hablaba de una modernidad líquida, en la que nada es seguro, donde todo se encuentra metafóricamente en un estado líquido: el trabajo, la familia, el entorno. Esto deriva en una desesperación global de la sociedad, una sociedad sin pasión, y todo esto tiene su raíz en la educación.

Los niños, por supuesto, tienen inquietudes, pasiones, pero es curioso ver cómo, desde la escuela, en muchas ocasiones se les cortan las alas. Esto debe cambiar. Un niño, claro que puede descubrir que su pasión es el mar, la montaña, la filosofía, el deporte, la peluquería... pero no pueden hacerlo solos. Como maestros, tenemos que implicarnos. Es fácil culpar a la juventud de que, teniendo todo a su alcance con el móvil, con la tecnología, no hagan un buen uso y se dediquen a un consumismo vacío. Pero, ¿quién les muestra el mar? ¿Quién les enseña el mundo y lo bello de la vida?


La historia como herramienta:

La historia nos muestra la mayéutica, un método socrático —aunque desarrollado por Platón— que consistía en extraer la información y la verdad de quienes aprenden mediante el diálogo y el razonamiento. A día de hoy, este tipo de metodología prácticamente no se aplica. Sin embargo, se considera que el método mayéutico es la solución para el cuidado del ser (existencia), para el análisis "de uno mismo" (Vela, S. R., 2019). A través de este método se busca ayudar al aprendiz a encontrar la verdad, su verdad. Y si vives cometiendo errores, como es normal, es el mejor método para darte cuenta de ellos y utilizarlos para un desarrollo personal.

En La Odisea de Homero, Ulises se lanza al mar y se encuentra con numerosas dificultades y pruebas que lo ponen a la deriva y lo llevan a situaciones complicadas, que podrían haberlo hecho rendirse. Eso es la vida. Eso es la educación. Sin embargo, podemos ver en esa epopeya cómo el protagonista avanza hasta encontrar su objetivo, aun habiendo pasado por diferentes caminos. Los alumnos tienen que salir al mar, pero no lo harán solos.




Monumento a la Marina Universal en Monteferro, Nigrán, Galicia, erigido en honor a los marineros fallecidos en el mar, con el océano Atlántico de fondo.

Volvemos a Galicia y es que los marineros daban su vida por cumplir sus objetivos, y muchos murieron en el intento. Se aventuraban a navegar para traer lo necesario a sus seres queridos, sin importar las dificultades. Esta es nuestra misión como pedagogos, afrontar estos retos contemporáneos con valentía, con persistencia y con pasión. Es la única forma de llegar al destino que queremos: educar correctamente.

Los marineros gallegos, además, contaban con la dificultad extra de los escasos recursos materiales de los que disponían. Sin embargo, nosotros tenemos la tecnología, que nos abre un mar de posibilidades. Pero para navegar y ayudarnos de los medios, debemos saber cuál es nuestro destino. Sin un objetivo, los recursos no nos aportan nada. Ahora navegamos con un material rico y debemos enseñar a los alumnos a utilizarlo para su propio propósito, motivarlos a aventurarse en la navegación y normalizar que, en el mar, se cometen errores, pero estos nos hacen crecer.

Naveguemos hacia el futuro, equivoquémonos, pero no nos rindamos. Como Odiseo y esos marineros que hacían felices a sus familias volviendo a casa, aventuremos y luchemos por nuestro objetivo. Tenemos los recursos.




Referencias

Diaporía. (2018). El enigma de Sócrates. El Sócrates platónico entre la mayéutica y la segunda navegación. Recuperado de https://diaporia.wordpress.com/2018/09/27/ponencia-el-enigma-de-socrates-el-socrates-platonico-entre-la-mayeutica-y-la-segunda-navegacion/

Marín Higuero, E. (Escultor). (1928). Monumento a la Marina Universal [Fotografía]. Monteferro, Nigrán, Galicia. Recuperado de https://es.wikipedia.org/wiki/Monumento_a_la_Marina_Universal

Platón. (2003). Fedón (Trad. J. M. Pabón). Alianza Editorial.

Vela, S. R. (2019). Método mayéutica y consultorías filosóficas en el siglo XXI. Phainomenon18(2), 141-154.

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